ley era el beneficiado.
   Paulo, el apóstol de los gentiles, nunca habló del diezmo y la única vez que habló de contribución, fue la colecta para el hermano pobre de Judea. 2 Co. 9:
7- Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ó por necesidad; porque Dios ama el dador alegre.
   La palabra oferta, o contribución, ya dice todo que es gratitud voluntaria a Dios; no es como hacen los diezmistas, que obligan y asustan a las personas con las maldiciones de Malarquias 2- 6 a 12, texto que está hablando únicamente para los hijos de Jacob (Israel).
Y también confirma en Hebreos 7-1 a 10.
  Solo hay que verificar en los textos, es como Jesús reprendiendo a los fariseos israelitas, exigiendo el cumplimiento de la ley y hasta del diezmo en Mt. 23:
23-¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino,

y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es á saber, el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo otro. (Leer pág. 91).
Jesús, orando al padre - Juan 17:
3- Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios verdadero, y á Jesucristo, al cual has enviado.
 Para tener vida eterna, no solo hay que conocer o aceptar a Cristo, y si, poner en práctica la palabra de Dios, y las enseñanzas de Cristo, y de los apóstoles, si no estará renegando a Él y al Padre.
  Si alguien quiere la salvación, tiene que hacer como Zaqueo, que quería conocer a Jesús, se esforzó (corrió), se humilló (subió al árbol), llevó a su casa, y dijo: decidí dar la mitad de todo lo que tengo a los pobres, (amor al prójimo) y, si en alguna cosa he defraudado a alguien, restituyo 4 veces más.
 (Fruto digno de arrepentimiento y justicia)  Y hubo transformación y salvación en aquella casa (Lc. 19).