mi primera mujer, y que mataría a la segunda también (mi primera mujer tuvo problemas de los riñones, hizo un trasplante y tuvo problemas mentales y se suicidó); hice una queja para el obispo; como el no hizo nada, entre en el juzgado con una demanda con el N° 2100086538.
   Es increíble que esta demanda con testigos y abogado no anduvo, dieron de baja, sin nunca me llamar.
   Escribí una carta para todas las Iglesias e instituciones metodistas, mas de mil cartas, cuestionando doctrinas y cosas erradas dentro de la iglesia; el obispo vino a mi casa y me dijo que estaba correcto, pero que yo no servía más para la iglesia, me propuso que yo saliese y que ellos me ayudarían (queriendo comprarme), yo dije que el mundo ya está lleno de iglesias, y que Jesús, Paulo y Wesley cuestionaron y no salieron de la iglesia y tampoco formaron otras iglesias.
  Y yo dije: “no voy a salir”! Voy a morir cuestionando las cosas equivocadas dentro de la Iglesia, el obispo entonces dijo: “Está acabado el trabajo de la congregación Santa Marta”.

Extinguieron nuestra congregación, sin que estemos presentes, usando el concilio que no tiene atribución canónica (un acto criminoso de gente fuera de la ley) y pasaron nuestras dependencias para un jardín de infantes; extinción es muerte, congregación son personas (quien ama no mata).
La congregación tenía 29 años, compramos y pagamos el terreno, y construimos una capilla, en nombre de la asociación de la Iglesia Metodista, de la cual somos miembros socios.
¿Existe crimen mayor que este? Nos mataron y robaron nuestras dependencias.
Entramos en el juzgado con un proceso de medida cautelar de reintegro de posesión, ya han pasado dos años y hasta ahora nada fue resuelto, la jueza dijo que nosotros no podríamos quedarnos sin iglesia; el pastor dijo  que podríamos ir a la iglesia central, solo que cuando llegamos Allá, fuimos hostilizados, discriminados, y cuando levantamos la Biblia (mientras la mujer predicaba), nos puso dos procesos, uno en la estación de policía, y otro en la iglesia.