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Abreviaturas
“CARNERO” X ‘Cabrío’
Los Cuatro Caballos y Caballeros del Apocalipsis.
El Caos de las Religiones y La Purificacion de la Iglesia
El Mayor Enemigo de la Humanidad
Las Siete Iglesias Profeticas del Apocalipsis
Plan Perfecto de Dios para la Iglesia
Numerologia Biblica
Atalaya Doctrina
Bautismo y Cena
Trinidad
Diezmo
El ministerio femenino
Los 2 animales de 7 cabezas y 10 cuernos
1°, 2º y 3º atalaya
Los Excluídos del Mundo
Dedicatória
La Razon Por qué Escibí

          3ª Tentación - Lc. 4. 9 a 13:
9- Y le llevó á Jerusalem, y púsole sobre las almenas del templo (...).
    Esa es la peor de todas, porque el llevó a Jesús al lugar más sagrado, en Jerusalén al pináculo del templo, e intentó engañar con la propia palabra - Salmo 91 - que muchos se apegan para  protegerse del mal.
       Pero Jesús, en todas las tentaciones, se defendió con la palabra. ¿Tú sabes cuantos ya cayeron en esta tentación y no lo saben?
    Estos están dentro de las iglesias e inclusive sobre ellas (como líderes), y el Diablo no quiere a sus siervos fuera de la Iglesia, pero dentro de ella, para que hagan lo que él quiere: división y confusión en la Iglesia, en nombre de Dios (Ejemplo: es como alguien que tiene un producto malo y lo pone en el embalaje bueno y famoso del enemigo, vende, gana bien, y difama el buen nombre de su competencia. Así es la astucia del diablo en la Iglesia de Dios). Es la región celeste, que Paulo nos alerta. Porque el mundo yace en el maligno, ya

está como él quiere, así el toma a los más interesados en las cosas de Dios, las personas después de ser vencidas se vuelven siervas del vencedor, un falso profeta, en la Iglesia usando a la Biblia para predicar y justificar sus pecados. Esos se vuelven los peores pecadores, porque además de pecar, inducen a los otros a pecar.
Esos las personas toleran fácilmente y aceptan aun Jesús fácil de seguir. Como Paulo alerta en 2 Co. 11:
3- Mas temo que como la serpiente engaño á Eva con su astucia, sean corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, de la simplicidad que es en Cristo.
4- Porque si el que viene, predicare otro Jesús que el que hemos predicado, ó recibiereis otro espíritu del que habéis recibido, ú otro evangelio del que habéis aceptado, lo sufrierais bien.
(Cuantos aceptarían ese sistema, ¡una Iglesia que conviene!)

 
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